La lluvia caía, los pájaros se morían, la luz se extinguía…
El teléfono no llamaba, el agua y las plagas me invadían…
La alarma sonaba y sonaba, mientras mi corazón palpitaba…
No creí que sobreviviría…
Ayer tuve la peor noche de mi vida, una “broma de la naturaleza” ,se desató una tormenta que según oí fue en realidad un tornado (cosa que no me creo mucho… ), mientras yo estaba solo en mi casa… Ahora, relataré lo que sucedió:
Cerca de las 8 pm, mi mamá se fue a buscar un regalo a la casa de mi abuela, junto con mis dos hermanas, yo no tenía muchas ganas de ir hasta allá, así que me quedé en mi casa chateando.
Una hora pasó, yo estaba pensando en mis asuntos cuando de repente, la computadora se apago a causa de que la tensión bajó. No le presté atención, y esperé a que volviera a prender, al segundo que prendió, un segundo bajón hizo que se apagara de nuevo, una vez más, la reinicié, sin prestarle atención a los ruidos afuera de mi casa. Como era de esperarse, una vez más, se apagó, ya cansado, apagué el estabilizador.
Cuando por fin me di cuenta de la tormenta, llamé a mi madre, a los segundos de hablar con ella, se cortó la electricidad, sabía que pasaría, así que con mucha tranquilidad, fui hasta mi pieza, tomé el celular, puse el flash para usarlo como linterna y busqué con la luz la linterna que estaba en la pieza de mis hermanas. Con ella volví a mi pieza, y me senté en mi cama, esperando a que la tormenta pasara.
Unos treinta o veinte minutos después de que llegué a mi pieza, recordé que era posible que los vidrios se rompieran a causa de los fuertes vientos, así que bajé con la intención de quedarme en el baño de la planta baja, allí no había ningún vidrio, por lo que sería imposible que me sucediera nada, pero al llegar ahí, vi algunos insectos indeseables que me hicieron dejar el baño. (Cucarachas que me hicieron salir corriendo como nena asustada, seamos francos u. u)
Luego subí una vez más a mi pieza, con mucho cuidado, ya que la escalera que me conducía a la primer planta estaba inundada, y me senté una vez más en mi cama, luego de unos minutos, a causa del aburrimiento, y de que en poco tiempo la linterna se apagaría, bajé de nuevo, tomé unas velas y las prendí con un encendedor, “ohh la odisea”. Mi mano temblaba, haciéndome imposible sostener la vela lo suficiente como para que se pare sola. Estaba aterrado.
Luego de conseguir, de milagro, acomodar la vela, me senté en una silla del comedor unos minutos, no pasó mucho para que la alarma de mi casa comenzara a sonar, sentí el corazón latirme con ímpetu, creía que iba a morir esa noche, el terror inundó mi cuerpo en segundos, quería correr, quería escapar. ¿Pero a dónde? ¿Por dónde? No sabía qué lugar había hecho activarse a la alarma, y si trataba de salir a la puerta sería mi fin,( los vientos registrados fueron de más de 90 Km/h) mi padre, por suerte, me había dicho donde había un arma para un caso como ese, así que sin pensarlo dos veces, me hice con el objeto y regresé al lugar donde estaba sentado, desde allí podría ver a cualquiera que se me acercara, pero afortunadamente nadie vino.
Un poco más calmado, hice que la alarma cesara de sonar, y me senté a esperara, a todo esto, ya habían transcurrido cerca de cuarenta y cinco minutos desde que la tormenta había iniciado, y esta no daba señales de estar por terminar. En la oscuridad, traté de comunicarme con mi familia, pero el teléfono estaba muerto, y los celulares sin crédito, maldije a cuanta persona conocía, y poco a poco, comencé a oír las voces de mis vecinos, no sabía si ir con ellos, o quedarme solo, pero tras pensármelo mucho, por unos quince minutos quizá, les hablé, la tormenta afortunadamente, al fin había terminado.
Salí a la calle solo para encontrarme con desgracias. Por un lado, la llave de mi casa había quedado dentro de la residencia, y por el otro, el peor, incontables cuerpos de pájaros tapizaban las veredas del lugar, traté de pensar en otra cosa, pero la escena era verdaderamente horrible.
Luego, desde la casa de mi vecina, traté de comunicarme con mi abuela, pero no pude, y tras volver a salir a contemplar la destrucción que el temporal había dejado atrás, me encontré con mi padre, quien había llegado, este me dijo que nadie sabía dónde estaba mi madre, ella se había tomado un taxi para volver desde la casa de mi abuela, tras eso, nadie recibió noticias de ella.
El corazón me latía a mil, pensé que me descompondría ante la noticia, pero, tras esperar en la puerta un rato, ya que mi padre no llevaba las llaves de casa, un automóvil llegó con mi madre y mis hermanas, me sentí aliviado, y poco a poco me calmé.
Tras los respectivos saludos y explicaciones, ayudé a mi madre y hermanas a sacar el agua de la casa, a todo esto ya eran cerca de la una de la mañana, las tres plantas de mi casa estaban inundadas, piezas, baños, cocinas, patios, TODO. La pesadilla de mi madre.
Tras secar la casa, y sin ganas de subir hasta mi habitación, proseguí a entregarme a Morfeo por un periodo de tiempo que desconozco en el asiento trasero del automóvil de mi padre, solo recuerdo que en algún momento de la madrugada, alguien me dijo que vaya a mi pieza, cosa que hice.
Dormí plácidamente, sabiendo que mis seres queridos se encontraban bien, intentado olvidar, la noche de terror que había pasado. Pero es un recuerdo que guardaré por el resto de mis días…
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